Tarta de yogur y frutos rojos

Hacer tartas es un pecado, lo sabemos, de hecho el pecado está sustancialmente vinculado al tamaño de la tarta, pudiendo llegar a ser un gran pecado. Pero oye que de pecadores está el mundo lleno y nos incluimos en la lista de los más top! ¿Qué os parece? Para dar cuenta de ello hoy os traemos esta tarta de yogur y frutos rojos, no es especialmente dulce por lo que es un pecadillo a medias. Tán solo lleva el azúcar de los yogures dejando al descubierto la fantástica acidez de los frutos rojos, haciendo de esta tarta una maravilla para el paladar y el estómago, por supuesto.

Sus ingredientes son realmente sencillos y no es necesaria ninguna chistera para que esta tarta de yogur y frutos rojos te salga perfecta, ni horno por que está hecha con gelatina para no acalorar los días de esta sofocante primavera (ironía en modo on). Si os preguntaréis por qué escribimos hoy así, no lo sabemos, puede ser que aún estemos patidifusas con el saborazo de esta tarta.

 

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Tarta de yogur y frutos rojos

Preparación: 30′
Raciones: 8 unidades
Dificultad: baja

Ingredientes

  • 300 gr de frutos rojos
  • 400 ml de nata para montar muy fría
  • 3 yogures griegos con azúcar
  • 8 hojas de gelatina
  • 50 ml de leche
  • 120 gr de galletas digestive
  • 60 gr mantequilla

Receta

Comencemos triturando los frutos rojos hasta conseguir un puré de color intenso. Nosotras en esta ocasión hemos comprado una bolsa de frutos rojos congelados, es la opción mas barata y fácil. Cuando los tengas listos reserva. Es la hora de preparar la base de galletas de nuestra tarta, cuanto antes la hagamos más firme estará así pues es el momento. Tritura las galletas y añade la mantequilla previamente fundida. Cubre con esto la base de tu molde para la tarta, presiona con la base de un vaso y una cuchara para que quede bien sujetas las migas de galleta. Mete en la nevera hasta el momento de su uso, así la mantequilla se enfriará y dejará más firme nuestra base de galletas.

Hidrata las hojas de gelatina neutra en agua fría hasta que estén bien blanditas. Mientras tanto montemos la nata con unas barillas eléctricas o robot de cocina sin añadirle nada de azúcar. Por otro lado en un cazo pon la leche a calentar durante unos 5 minutos y añade las hojas de gelatina previamente escurridas de agua, remueve hasta que se diluyan por completo y retira. Cuando la leche esté templada añadela a los yogures, remueve bien y mezcla todo esto ahora con la nata montada. Para esto usaremos una lengua de cocina y mezclaremos hasta obtener una mezcla homogénea con movimientos envolventes que nos ayudarán a mantener el cuerpo de la nata.

Bien, ya tenemos un bol con la crema blanca de nuestra tarta, para hacerla en 2 colores más tendremos que añadirle a diferentes dosis el puré de frutos rojos. Reparte en 3 boles la crema en partes iguales, nosotras particularmente hemos hecho la capa de arriba blanca más fina, pero es opcional. Empecemos a teñir! Un bol lo dejaremos blanco, añade a los otros dos la mitad del puré repartido, remueve bien con movimientos suaves y envolventes. Por último en el último bol añade el puré restante, y…. listo!

Si quisieramos complicar un poco la receta podríamos optar por añadir a cada capa una cantidad de gelatina concreta, teniendo en cuenta la cantidad de fruta, y por lo tanto agua, que lleva cada capa. Pero hacerlo así es más fácil, y lo mejor de todo es que las tres capas quedan con una textura diferente, la blaquita tiene más cuerpo al no tener fruta, la segunda queda más tipo mousse y la tercera queda mega cremosa. No sé vosotros pero a nosotras hacerlo así sólo le vemos cosas buenas!

Llega la hora del montaje, para ello vierte la crema con más frutos rojos a la base de la tarta, luego la rosa y por último la blanca. Entre capa y capa alisa con una cuchara para que se quede lo más lisa posible. Mete en la nevera unas horas, aunque lo mejor será que la dejes hasta el día siguiente, así puedes desmoldar sin miedo.

En cuanto al molde nosotras hemos usado uno de 20 cm de diámetro con 8 cm de alto. En el lateral hemos puesto acetato para poder desmoldar sin miedo.

Para decorar hemos usado más frutos rojos congelados, a la hora de servir ya estaban descongelados y soltaban un jugo con un color fabuloso que adornaba aún más nuestra tarta. Ahora si, ¡A disfrutar!

 

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